jueves, noviembre 03, 2005

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-“¡Uyyyyy esta re-fácil!”- dice el manco, que lleva su mano buena enyesada como secuela de la balacera –“Tengo unos amigos fayuqueros ahí en la calle de Toltecas que te consiguen lo que sea... ¡lo que sea, cabrón!, nomás no hay que bajarse de la nave por que ahi si vales verga”-
Pacheco mira al manco con cierto aire de desconfianza, Tepito siempre ha sido tierra de nadie; Sin embargo sabe que cualquier cosa es preferible a lidiar con el iracundo y sobrenatural grupo de choque de la doble E.
-“¡Ve con él, pinche Manco! Que te acompañe el flaco. Y nada de sorpresas”- Dice terminante el cojo.
El flaco, el manco y Pacheco bajan por Eje central hasta el eje 1 Norte. La vibra del barrio bravo se empieza a sentir apenas pasan el metro lagunilla; es como cuando un tigre marca su territorio con miados, nomás que aquí huele a pura rata de dos patas. Llegando a Tenochtitlan dan vuelta a la derecha, internándose así en el barrio de Tepito. A las 9 de la mañana no hay puestos que interfieran en su camino, Bartolomé De Las Casas esta desierto., solo hay un teporocho por aquí y un malandrín por allá. En la calle de Toltecas detienen el auto.
-“toca 5 veces el claxon”- pide sereno el manco a Pacheco. Las primeras notas entrecortadas del himno nacional se escuchan 5 veces. Un portón azul se entreabre levemente, y una débil figura de cabello cano, bigote blanco tupido, suetercito de lana tejido y lentes de fondo de botella se asoma. Pacheco hace un cambio de luces según le indica el manco: altas-bajas-apagado-altas-apagado-altas-bajas-apagado-limpiadores-alta-altas-bajas-apagado.
El hombrecillo abre la puerta y el Marquis ingresa al garage.
-“Quiuuuuubo Pinche Satanás”- vocifera el manco al tiempo que intenta estrechar con su prótesis al hombre de cabello cano, el cual contesta con una sonrisa amable –“hola manquito, ¿en que te puedo ayudar?”
Satanás y el manco se van al fondo del garage, mientras que el Flaco y Pacheco esperan en el auto.
10 minutos después regresa el manco con un diablito cargado de cajas selladas sin marcar.
-“Orale pinche Pacheco, abre la cajuela”
Decenas de triangulitos de Boing con inservibles partes para armar cabezas nucleares desbordan la cajuela de Marquis. No hay espacio para las cajas sin identificación.
-“si los Boings les estorban, se los cambio por un ipod verdecito casi nuevo”- dice el Satanás en un tono amabilísimo, -“solo tiene un rayoncito en la pantalla, y se los doy con todo y su i-trip y todo”- Oír al Satanás decir “i-pod” y no “ai-pod” es sumamente refrescante.

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De vuelta en la Fundidora disfrazada como Motel en Tlalpan, Pacheco trata de resolver el rompecabezas que es plantar los explosivos en las oficinas del PUM sin ser descubierto. Deberá ser una operación discreta e infalible; las intrincadas curvas de Lenin dependen de ello.

3 Comments:

At 4:32 a.m., noviembre 15, 2005, Anonymous Anónimo said...

Fuentes flojo huevonazo chuntaro baqueton, ya apurate a actualizar
por que no eres formal y eficiente como el ebers?
¡¡¡¡¡¡quiero saber que diantres pasa despues!!!!!!

 
At 2:01 p.m., noviembre 15, 2005, Anonymous Anónimo said...

ah pues si verdad, es que he estado viendo la tele todo el día y viendo a ver ahora que invento en la internet.

Ponte a trabajar cabrón

 
At 6:32 p.m., noviembre 21, 2005, Anonymous Anónimo said...

que mal humor tienes fuentes, la yoga podria solucionar muchos de tus problemas de control de stress, y tu tienes mucho que solucionar. Mientras te decides apurate a escribir! y por favor que no sean groserias!


p.d. no mientas... si ves tele.

 

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