miércoles, noviembre 02, 2005

Tiempo Muerto



-“Quiero tener la certeza de que estamos en la misma pagina, señor Pacheco”- dice la nasal y flemosa voz por el celular –“...Y no quiero dar pie a sospechisismos, pero comprenderá que su palabra no es suficiente en este caso. Digamos que la chica es nuestra garantía”-
Pacheco escucha la voz en el celular, al tiempo que maneja frenéticamente su Marquis por Tlalpan en dirección al Balalaika.
-“Sí su parte del trabajo no es ejecutada con prontitud y eficacia Señor Pacheco, el doctor Del Villar le realizara un trabajo de emergencia a su infamemente famosa amiguita. Tiene hasta el lunes”
Pacheco da vuelta en Municipio Libre y luego baja por eje central. Al menos la deidad del trafico esta de su lado, y encuentra las calles libres para circular a 179 Kilómetros por hora. En su vertiginosa travesía, Pacheco recapitula y se percata que ahora no se detuvo a ver el espectacular de Wonderbra que se mece tentador sobre Tlalpan y Churubusco. No hay tiempo ni cabeza para la autoindulgencia. La sola imagen de una Lenin desfigurada y bigotona, enfundada en un Chanel rosa lo llena del mas apestoso sudor frió. El acelerador esta a tope, la maquina del Marquis ruge cual animal herido de muerte. Nunca la dirección hidráulica ha sido más útil. La marquesina del Balalaika figura en el horizonte; Oasis/espejismo para explorador perdido en el desierto.