miércoles, enero 04, 2006

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“Es la única forma” se dice a si mismo Pacheco, como tratando de convencerse, al tiempo que le da un jalón a su porro, -“Es la única forma”, remata luego en voz alta, echando el humo y dirigiéndose a los hombres que lo miran fijamente. Una improvisada maqueta esta frente a el. El barco pirata de playmobil simula las oficinas centrales del PUM, y la sección donde se guarda el cofre del tesoro, se supone que sea la sala plenaria. –“Entrando por el túnel podremos llegar justo a los cimientos del edificio, las cargas se encargaran del resto”-
-“¿Qué túnel?”- pregunta el tuerto, fijando sus ojos y el hueco donde debería estar la nariz en el barco pirata.
-“En algún punto de la construcción de las líneas del metro,”- platica Pacheco.-“Alguien decidió construir una serie de túneles que intercomunicaran las distintas oficinas de gobierno, de tal forma que el presidente no tuviera que verse atorado en el transito citadino. Para ir de un punto a otro, solo debe tomar el túnel que lo llevara ahí, Como nadie mas tiene acceso a los túneles, el presidente tiene transito libre sobre ellos”-
-“¿Y si nadie tiene acceso como revergas vamos a entrar?”- pregunto el guero en su perfecto veracruzano
-El túnel presidencial que conecta al PUM con la red, corre en paralelo con la Línea 2 del metro, y el mismo esta en desuso, pues como todos sabemos, el partido que ahora gobierna el país es otro.”- Concluyó, para darle un jalón más a su gallo. -“Entraremos por el metro Revolución haciendo un orificio en la pared del tunel, el cual cruza justo por abajo de la sala plenaria, así que no será complicado. El Guero y El Flaco irán conmigo”
Los observadores miraban a Pacheco serios, impávidos. El silencio sentaba el hecho de que no había dudas, había un frente común y una misión conjunta que cumplir. Después de todo, todos los asistentes a esta junta de planeación, habían tenido al menos algún quever con la bellísima Lenin, la cual era generosa con sus bienes, y nunca tuvo el mal espiritu de negarle a alguien algún arrimón furtivo, aunque también todos sabían que al final, el corazón de Lenin era sólo de Pacheco. Y aunque salvar a Lenin era un objetivo común, en realidad salvar el pellejo propio era la prioridad, todos saben que si fallan, no habrá lugar sobre la faz de la tierra en el que puedan estar a salvo de la ira de las mujeres de la Doble E, que si de por si es un pedo esconderse de una mujer enojada, imaginen ahora esconderse de un mutante de vieja sin capacidad alguna para dar cabida al olvido o al perdón. Más vale... por el bien de todos... que todo salga bien.